domingo, 26 de mayo de 2013

El royo del veganismo

Hoy mi suegra ha hecho pollo a la cerveza. Es la comida preferida de toda la família y siempre que se hace nos reunimos todos para ponernos ciegos. Siempre caen tres o cuatro barras de pan mojando caldo y nos peleamos entre nosotros por ver quien quiere la piel que otro no quiere.

Y es que la carne está buena.No podemos evitarlo, pero cuando hablamos de comer, lo que más nos atrae es meternos en la boca un pedazo muerto de otro animal. De pequeños ni nos cuestionamos que lo que nos metemos en la boca se llama igual que aquel bonito animal emplumado porque realmente es ese animal y pensamos que es una feliz coincidencia. Sin embargo, con el tiempo, algunas personas empiezan a cuestionarse sus costumbres carnívoras y toman una determinación, a veces más radical, a veces menos.

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Es entonces cuando surgen los vegetarianos, que son personas que rehusan a consumir carne de animales muertos. Dentro de esta corriente, los hay que admiten el pescado y los que no, sea porque consideran que la carne es mala o porque no quieren causar sufrimiento animal, pero que sin embargo, consumen leche, huevos y otros productos animales no derivados de un sacrifício.

Ahora existe también una corriente mucho más extrema llamada veganismo, en la cual los practicantes no solo no consumen carne animal, sino cualquier otro derivado animal como lacteos o huevos, que consideran que causan también un sufrimiento animal.



A mi parecer, parten de una buena intención, que es la de no causar sufrimiento a los seres vivos, y eso es muy respetable. Sin embargo, eludir de la dieta los productos animales  resta una cantidad muy importante de nutrientes que a medio/largo plazo pasará factura a la salud. A todos de pequeños nos han dicho lo sano que es comer verduras, pero es que es tan sana como comer carne. Lo sano es comer de todo, no solo carne... ni solo verduras.

El ser humano es omnívoro, y eso pocos lo discuten. Es probable que se pueda sobrevivir una temporada sin ingerir algún alimento vital, pero desde luego que lo haremos con una calidad de vida pésima y más expuestos a enfermedades, y eso es algo por el que yo, ni mucha gente, quiere pasar.

Mi caso es muy curioso porque por un lado amo la carne y me encanta, pero por otro soy consciente de donde proviene y que cada pedazo de carne consumido es extraida de un animal al que han tenido que arrebatar la vida y causar sufrimiento. Esto, durante mucho tiempo, hizo que me encontrara en un gran dilema sobre si debía o no debía consumir carne. Además soy algo quisquilloso con la comida y hay alimentos cuya textura no soporto y tengo que triturar para comer sin dar arcadas.

Con el tiempo me dí cuenta de que lo que sucedía con este tema, es un choque frontal entre las convicciones morales del hombre y la realidad de la naturaleza, no solo la nuestra, sino la de todos los seres vivos.

Vivimos a costa de otros seres vivos. En todo el planeta, no hay animal e incluso algunas plantas, cuyo alimento no sea otro ser vivo al que causarán un sufrimiento determinado por el nivel de conciencia de este ser vivo. Cabe recordar que algunos aseguran que las mismas plantas tienen capacidad de sufrir, por lo que el dilema es muy profundo, ya que técnicamente, hasta los veganos provocarían sufrimiento para lo que así lo creen.

El ser humano, con toda su técnica y ciencia, aún no ha conseguido conseguir alimento de otra manera que no sea sacrificando seres vivos, y no debería sentirse culpable de ello. Comer es algo que necesitamos como seres vivos y vivimos gracias a ello. De no hacerlo, no existiríamos.

Es posible que algún día en el futuro se consiga generar comida barata para todos sin sufrimiento, por ejemplo, mediante impresión 3D de alimentos átomo a átomo, mediante el cultivo de carne in vitro o tal vez desde la creación genética de seres orgánicos sin un cerebro capaz de procesar dolor y sufrimiento, con el mismo nivel de conciencia que una piedra. Ese día, dejarán de ser necesarias las granjas llenas de animales hacinados en condiciones insalubres y se evitará el sufrimiento de billones de animales, pero hasta entonces, solo queda esperar e investigar cada vez más.


De todas formas si que es verdad que a pesar de todo, no estamos haciendo las cosas bien.

Primero de todo, porque el boom alimenticio que vivimos el siglo pasado con el desarrollo de la tecnología se ha utilizado, en vez de para alimentar a la población de manera más barata y eficiente, para aumentar la población sobre el planeta disminuyendo todavía más los recursos y aumentando la cantidad de animales a los que es necesario hacer sufrir para alimentar al exceso de población.

Segundo, porque a pesar de los avances, se eligen los métodos más rentables, de tal manera que a pesar de existir técnicas de cria y sacrificio más humanas, se imponen las más económicas a pesar de su crueldad. Por ejemplo, en vez de degollar a los animales sin más, podría usarse la hipoxia con nitrógeno, que no causa absolutamente ninguna sensación de asfixia ni desagradable, pero es mas barato rajar la garganta en vivo con un cuchillo y dejar que el corazón del animal bombee la sangre, en vez de extraerla mediante máquinas. También no es lo mismo la ganadería a campo abierto que hacinados y rodeados de dos palmos de mierda, en un estado complétamente insalubre que evidentemente favorece el uso de antibioticos.

Todo esto está claro que es caro en el sistema actual, pero como ya he dicho en otros artículos, el sistema mismo es otro gran problema que deberíamos cambiar y que es la fuente de este y otros problemas.

Puestos así, deberían existir ciertas normas de actuación respecto a esto, a saber:

1- Mantener la demografía bajo control. Aunque pueda parecer duro y antidemocrático, un gobierno responsable debe asegurarse no tener más población de la que pueda satisfacer, mediante políticas que limiten la cantidad de hijos por persona y la eliminación de ayudas no retroactiva a partir del segundo hijo. Tener en cuenta que quien tiene hijos de más sobrepoblando irresponsablemente el planeta, está coartando el derecho de quien si es responsable a tener el suyo propio.

2- Cambiar el sistema económico capitalista por uno de cooperación y distribución de recursos con topes mínimos y máximos. Todo el mundo tiene derecho a un mínimo y nadie tiene derecho a acaparar por encima de un máximo. El capitalismo derrocha recursos sin control y destina estos a contrarrestar los del competidor, hasta que lo que queda de trabajo útil es el trabajo residual del vencedor.

3- Decrecimiento económico, al igual que el demográfico, de forma que no acabemos con ambientes naturales ni destruyamos la biosfera, al menos no a un nivel que no de tiempo a renovar los recursos naturales de los que disfruta la vida natural... y nosotros mismos.

4- Garantizar los derechos de los animales, tanto en libertad como cautivos, y garantizar el máximo esfuerzo en evitar el sufrimiento innecesario de los animales, en especial de los dedicados al consumo y materias primas.

5- Obligatoriedad de aprovechar hasta la última parte de los animales que se procesen. Evitando por ejemplo el sacrificio de animales solo por su piel o que se desperdicie en otros dedicados al consumo alimentario.

6- Impulsar la I+D para impulsar el desarrollo de carne in vitro y la creación de especies animales con un sistema nervioso cuya única función capaz, sea la de mantener funcionando el organismo sin conciencia alguna.

7- Fomentar el consumo de carne de animales grandes y con el menor nivel de conciencia posible. Eso implicaría mayor alimento por animal sacrificado y menor capacidad de sufrimiento por unidad.

8- Mientras se siga consumiendo carne animal procedente de animales capaces de sufrir, cada ser humano consumidor debería cazar la carne que consuma al menos una vez en la vida, para asimilar de donde proviene y los sentimientos y sensaciones que derivan de ello, o en su defecto, criar y ejecutar al animal cuando se recurra a un animal de ganadería.

9- Prohibir todo espectáculo que degrade, torture o ejecute a un animal. Esto va, principalmente, por las fiestas taurinas. También acabar con toda banalización hecha sobre la muerte de un animal a manos de un ser humano, sea en prensa, televisión, radio o cualquier otro medio, sea real o ficticio.

10- Promover desde el sistema educativo primario en adelante, los valores de aceptación y respeto de la vida animal.


Más o menos son las cosas que cambiaría y que creo que haría este mundo mejor para los animales.

Ahora, a los veganos también convendría que los más radicales se bajaran un poco los humos. Hay veganos, que lejos de protejer el mundo animal, pueden estar acabando con mas vidas de otros que son consumidores habituales de carne.

No tiene ningún sentido no comer absolutamente nada proveniente de la carne, si luego no reciclas y contaminas la biosfera donde viven, si gastas electricidad (hecha con centrales contaminantes) como si fuera gratis, si te compras un todoterreno o cualquier vehículo potente, si compras productos a industrias conocidas por deforestar y contaminar, Si tiras residuos al bosque o la playa, donde animales pueden intoxicarse, etc...

Por otra parte, consumir huevos no te hace un genocida animal, especialmente porque los huevos que ponen las gallinas industriales no están fecundados ni se convertirán en pollo alguno, la leche de las vacas proviene de vacas que han sido cruzadas por siglos para que produzcan más leche de la que necesitan sus terneros, así como los derivados lácteos de esa leche. Quizás habría que tomarse la vida como las abejas, que obtienen alimento de las flores a cambio de polinizarlas, creando una simbiosis interesante de la que ambos se benefícian.

Como en todo, en este royo del veganismo, el vegetarianismo, de si somos carnívoros, omnívoros o  lo que sea, lo mejor es un poco de filosofía y sentido común.

Así pues, estas son mis reflexiones sobre el tema. Cada uno tendrá las suya propia y me parece muy respetable, por lo que el que quiera puede compartirla en los comentarios (siempre manteniendo el respeto).

Un saludo y hasta la próxima.










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