Las VERDADERAS fallas de Valencia.

Hacía tiempo que no escribía en mi primer blog ningún artículo. He de reconocer que he quedado muy asqueado de la política (sobre la que he escrito a menudo) y he ido dejando poco a poco esto. Además, he ido dedicando algo más de tiempo a mis otros dos blogs dedicados al DIY uno, y a aviones de papel el otro.

No obstante, estamos en época de fallas en Valencia. Muchos la conocereis por el jolgorio y la alegría que venden, todo el día tirando petardos, con "mascletaes", castillos de fuego, vervenas, etc... Todo un atractivo turístico de fiesta para gente de todo el mundo, que llenan la ciudad y, durante unos días, disfrutan de Valencia.

Pues bien, como con todo, se parte de la base que esta es una fiesta de los valencianos donde son partícipes todos los vecinos y estos sacrifican su comodidad durante unos pocos días a cambio de un ambiente de sana festividad.

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Bien, pues todo esto es falso. De cada diez personas con las que hablo (vecinos de Valencia, por supuesto), ocho están hasta los cojones de las putas fallas.

Hubo un tiempo en el que las fallas si compensaban a sus vecinos... de hecho, inicialmente, eran los propios vecinos los que contribuían a crear las fallas cada año.

Para quien no lo sepa, el orígen de las fallas consistía símplemente en la quema de trastos viejos de los vecinos el día de San José. A álguien se le ocurrió un día hacer unos monigotes con la forma del jefe, del alcalde, o de quien uno tuviera algo guardado en sus entrañas, y la idea hizo gracia como medio de burla o protesta encubierta, tan común entre los españoles.

Tiempo después, lo que empezó siendo una fiesta espontanea entre vecinos de clase obrera acabó jerarquizándose, constituyendo los ahora llamados casales falleros.

Durante un tiempo, los casales falleros mantuvieron esa esencia vecinal y eran básicamente una forma de organizar todo el tinglado, que ya iba camino de institucionalizarse. Los casales, al organizar las fallas y sus actos asociados, procuraban causar las mínimas molestias posibles y hacían partícipes a sus vecinos, que poco a poco, sentían que las fallas era ya una fiesta privada organizada con medios públicos de los mismos vecinos a quien, poco a poco, iban alejando de la fiesta que les pertenecía.

Hoy en día, las fallas siguen siendo organizadas por los casales falleros, pero estos han dejado atrás su caracter conciliador con los vecinos y solo rinden cuentas a patrocinadores y políticos entre quienes se hacen concesiones mútuas. Hablamos de la Valencia de Emarsa y Gürtel, no podeis decir que no os lo esperábais...

En las fallas, hoy en día, manda el que mas dinero aporta, independientemente del esfuerzo que haya realizado por el casal y la fiesta, no verás como fallera mayor de Valencia a cualquier trabajadora de la limpieza. De la misma manera, las fallas más poderosas se enrocan y afianzan sus contactos de manera que año tras año, son siempre las mismas con pequeñas variaciones las que ganan los premios. Pero esto, al fin y al cabo, es solo una queja sobre el funcionamiento interno.

Consecuencia de todo esto, tenemos que mientras todos los años, los cortes en las calles y las molestias se limitaban a una semana o semana y media en la que, incluso montada la falla, se vallaba de tal forma que permitía la circulación de vehículos por incómoda que fuese, este año empezaron a haber cortes de calles ya el mismo día 15 de febrero, es decir, más de un més antes.

La cantidad de fallas aprobadas en la capital es tal que por algunas zonas es imposible circular ni siquiera en moto, ignorando complétamente las necesidades de los vecinos y perjudicando no solo a quien se mueve en vehículo propio, sino también en el autobús público, que acaba con multitud de líneas desviadas y con paradas canceladas. El centro de la ciudad los últimos días es diréctamente cortado al tráfico rodado y las carreteras invadidas por la gente, lo cual hace muy difícil a los vehículos de emergencia acudir con rapidez a estas (hablo como conductor de ambulancias que he sido). En cuanto al tránsito privado, está permitido en teoría, salvo por la masificación de gente que se produce en determinados puntos que hace que ir de casa al supermercado sea una odisea en determinadas horas punta. Por si fuera poco, en muchas fallas tienen la desfachatez de obligarte a PAGAR por circular por una zona determinada cerca de la falla, que está en la vía pública.

El descanso de los vecinos es el principal perjudicado. Durante la semana de fallas, se autorizan vervenas por toda la ciudad sin respetar el descanso del vecindario. Hasta hace poco, las vervenas no tenían ningúna limitación de horario y molestaban toda la noche, pero hace unos años, las limitaron (en teoría, en la práctica nada) hasta las tres de la madrugada. Como respuesta, crearon las modas de las carpas que ahora se ven por todos lados, que crean un vacío legal al considerarse espacio privado (En suelo público, eso sí) donde no les pueden decir nada (me pregunto la normativa del ruido donde decidieron obviarla).

Por si no dejar pegar ojo a los vecinos en toda la puta noche no fuera bastante, el amanecer llega con algo que solo se me ocurre calificar de hijoputismo a su máximo nivel. Las "despertaes".

Esto consiste en reunir a un banda con un polvorín a cuestas a las ocho de la mañana (Importante la hora de empezar) y recorrer las calles tirando petardos de gran calibre jodiendo el sueño de los pocos vecinos que hayan conseguido conciliar el sueño.


Si todo esto no es suficiente, podemos hablar del civismo de los turistas de turno, que parecen dejarse las más básicas normas de civismo en sus casas para volverse desde simples guarros hasta salvajes vandálicos.

Por un lado tenemos aquellos que tienen la genial idea de ir a disfrutar de las fallas de Valencia en coche. Es decir, no solo se han tenido que buscar la vida los vecinos para esconder sus coches a saber donde porque han cortado las calles, que encima llega todavía mas gente pensando que no tendrán problemas para aparcar.

Coches he visto encima de las aceras, aparcados de cualquier manera, en doble fila, en salidas de emergencia, taponando accesos de peatones y obligando a la gente a circular por la carretera en zonas peligrosas, en rotondas... hasta en la entrada de viviendas. La policía, que hasta unos días antes te multaba por pararte en doble fila dos minutos, esos días se quedan casualmente sin recetas y no ponen ni una multa ni media.

Lo mismo ocurre con el botellón, tan prohibido por el PP, que en días de fallas hasta se permiten chiringuitos en plena calle, que por definición te tomas el alcohol en la calle pero que no te pillen después de fallas con una cerveza en la mano que te la montan.

Ahora, el colmo de todo esto es ver como el respeto por las calles y la propiedad, tanto pública como privada, dejan de existir esos días para ver a la gente convertida en auténticos cerdos cagando y meando en la vía pública. Entre coches, farolas, en paredes, en porterías, dentro de los portales mismo... da lo mismo. Luego, los contenedores se vuelven solo una sugerencia donde tirar toda la basura generada, cuando diréctamente no se "enfadan" con ellos y los destrozan, pero peor aún es cuando tienes tu vehículo en la vía pública y deciden tener la misma consideración con ellos.

Por supuesto, prohibido salir de casa hasta las diez de la mañana si quieres evitar encontrarte con algún borracho liándola, peleándose con otro borracho, o símplemente ejerciendo alguna de las acciones antes descritas.



Como he dicho antes, los vecinos en general (siempre hay algún masoca pseudopatriota que no) estamos hasta los cojones de las fallas, de como nos han robado una fiesta que era NUESTRA y se han apoderado de ella las mafias y corruptelas de siempre, de como nos impiden el acceso a nuestras propias calles y como nos las destrozan, de como perturban el mas mínimo digno descanso y de como muchos optan por largarse de la ciudad esos días sintiendo que son echados de sus casas.

A continuación, os dejo un breve reportaje de fotos de lo que me he encontrado esta mañana al salir a pasear.


Esta es la típica estampa de las fallas para el común de la gente.

 

Esto es lo que ven los vecinos cuando salen del portal de casa, justo al otro lado de las vallas de la falla:

Especial atención a como brilla la acera. Cada zona brillante es un cúmulo de meadas. Parece como si el día anterior hubiera llovido... irónicamente, si tenemos en cuenta la lluvia dorada, así ha sido...