Por un lado tenemos el seguimiento de la huelga en sí, que es una guerra de cifras insustanciales, puesto que al ser imposible la contabilización caso por caso, se basan en datos como el consumo de luz ese dia. Se supone que el consumo de la luz debería bajar proporcionalmente al seguimiento de la huelga por el cierre de negocios, pero esto no es necesariamente así. Si una empresa abre aunque sea con una décima parte de la plantilla, seguirá consumiendo prácticamente la misma electricidad que si estuvieran todos y por otra parte, los trabajadores que no asisten al trabajo se suelen quedar en una casa que a esas horas se encuentra vacia, consumiendo luz que en otras circustancias no consumirias. Si a todo esto sumas las trampas y amaños del gobierno, que se dedica a MALGASTAR electricidad para falsear los datos, encendiendo las farolas a plena luz del día, pues ya puedes darte cuenta de la fiabilidad de los resultados.
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Las huelgas actuales, como medida de presión directa ya no funcionan. El único efecto de una huelga hoy es mediático, ya que la publicidad que da respecto a las empresas es muy mala, pero en el caso de una huelga general, ni siquiera se puede atacar la reputación de una empresa en concreto.
Las huelgas tienen sentido cuando le cuesta dinero a una empresa o cuando el sistema que se pretende atacar se resiente. La idea de una huelga es paralizar la producción y por tanto los benefícios hasta que se reviertan o mejoren las condiciones actuales, por lo que en teoría, toda huelga para funcionar debe de ser indefinida y, según el caso, hasta sin servícios mínimos. El sentido de una huelga es paralizar para forzar una negociación, dejando claro que quien produce y crea la riqueza son los trabajadores, y que si no se cuenta con ellos ni se les valora adecuadamente, va a tener que ser el empresario el que se ponga a hacer la faena de los 100 empleados de la plantilla.
En el caso de una huelga general es lo mismo. La idea es poner al gobierno de rodillas cuando los suministros no llegan, cuando los servícios no funcionan y todo se paraliza. Hoy en día esto nos parece extremo, pero no lo es cuando es el mismo chantaje que nos hacen a todos a diario cuando vamos a trabajar y no tenemos derechos que nos respalden cada vez que nos dicen que si no aceptamos unas condiciones de MIERDA, hay cuarenta tios más dispuestos a aceptar.
Así pues, ante la ausencia de una huelga como toca, tenemos estas huelgas light que los políticos se pasan por el forro, ya que solo tienen que marear la perdiz para ningunearlas. Hoy por hoy, es imposible hacer una huelga general indefinida, pues los sindicatos que deberían hacerla son unos COBARDES y la gente esta demasiado agobiada económicamente para poder permitirse estar varios días, semanas o meses sin trabajar (los que tengan esa suerte). Además, buena parte de la población está en paro, por lo que tampoco tienen voz en las huelgas que segúramente secundarían.
Debido a esto, lo único que nos queda es la guerra mediática. Como he dicho, es dificil dar cifras en una huelga y mucha gente no puede asumir hacerla, pero sin embargo, asociada a la huelga hay manifestaciones para cuyo conteo solo hay que posicionarse bien alto y mirar el espectáculo. De hecho, en las últimas huelgas, el gobierno argüía que poca gente la había secundado mientras que en las manifestaciones que le seguían las calles eran desbordadas.
Claro que en las manifestaciones también hay guerra de cifras. Últimamente hemos visto como mientras los organizadores de las marchas daban unas cifras, el gobierno disminuía la cantidad estimada a un número diez veces menor.
Pero claro, hay fotos. Esas fotos son publicadas y cualquiera que sepa puede realizar su propio contéo, por lo que el gobierno puede decir misa, pero por más que diga no puede manipular tan fácilmente la información.
Está vez no ha sido diferente. En este caso, los médios de información (ellos se hacen llamar así, yo personalmente ni envolvería bocadillos con estos periódicos) considerandos de derechas han dado su propia versión de los resultados de ayer en las actuales portadas. Son las siguientes.
Si uno no tuviera ni idea del tema y leyera esto, la primera imagen mental que le vendría es la de unas decenas o centenas de manifestantes radicales intentando llamar la atención infructuósamente, frente a la mayoría silenciosa de Españoles que trabajan y aceptan los durísimos recortes resignados y enarbolando el patriotismo por bandera y dejando a los primeros como unos vago e irresponsables que lo quieren todo gratis y que son unos insolidarios porque acaban con la confianza de los mercados en España.
Por suerte, vivimos en la era de la información, y aparte de existir esta clase de... bueno, ellos se llaman periodistas, yo los mandaría a la RAE a que se aseguraran de su definición. Bueno, lo que decia, aparte de esta gente, existen los ciudadanos de a pié, que desde que se pusieron de moda las redes sociales y la cámaras digitales integradas en dispositivos móviles han llevado el periodismo a un nuevo nivel.
Así pues, vamos a ver si toda esta buena gente nos puede ayudar a desvelar la verdad.
En las redes sociales se encuentran las siguientes imágenes e infografías.
Esto es Valencia.
Y esto también es Valencia... cuatro fracasados, como se puede ver...
Otra más de Valencia. Recordemos que esto no es Madrid ni Barcelona, que son enormes. Esto es una ciudad de tamaño medio.
Esto es Madrid, impresionante... el gobierno habla de 35.000 personas ¿Será verdad?
Lo mio no son las matemáticas, pero creo que aquí hay un "pelín" más de 35.000...
¿Y el resto de ciudades en España?
Como se puede ver de fracaso nada. El único fracaso constante es el del gobierno y algunos medios por manipular a la opinión pública y hacerles creer que les están JODIENDO LA VIDA por su bien.
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Tu entrada me toca los huevos porque...