Estas eran las preocupaciones normales que yo tenía y que, como norma general, cualquiera tendría. Sin embargo, desde entonces y con el paso de los años, fueron surgiendo nuevas preocupaciones imprevistas que simplemente, no deberían estar ahí.
La primera de todas empezó a surgir sobre el año 2001, y era como pagar una vivienda en continuo ascenso. Aun así, como había trabajo, pensé que bastaba con ahorrar poco a poco y sin prisas, pero la cosa alcanzó cotas radicales y llegaron a un punto en que pagar una casa a 40 años requeria un sueldo entero. Aun en el mejor de los casos y que todo siguiera igual, existía una temporalidad laboral que no garantizaba poder pagar el préstamo en el futuro, ya que la época de los contratos estables ya pasó a la historia hace bastante tiempo.
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Por aquel entonces yo ya me sentía indignado por la situación. Los préstamos se concedian con los ojos cerrados, si, pero yo no era tan estúpido como para hipotecarme a 40 años por el 90% de un sueldo que además era intermitente. Estaba condenado a no poder comprarme una casa.
Se empezaban a ver algunos grupos con escasa voz que clamaban por un control del precio de la vivienda y una defensa del artículo 47 de la constitución que debia garantizar una vivienda a los ciudadanos y MUY IMPORTANTE, impedir la ESPECULACIÓN.
En ese momento pensé que ya era hora que se fuera a hacer algo y que la gente saldría a la calle a combatir semejante injusticia, pero... no pasó absolutamente nada. No hubo apenas seguimiento y la manifestación más numerosa contaba con apenas el millar de personas en la capital.
Fué en ese momento cuando sentí por primera vez vergüenza de ser español. Nos estaban condenando a vivir esclavizados por las deudas durante toda nuestra vida y la gente se quedaba anestesiada en casa aceptándolo.
Eso es una cosa que no entiendo, los españoles, cuando queremos, somos de lo más posesivo que nos podemos encontrar. Cada pocos días se ve alguna noticia de alguna reyerta por dinero o algún asesinato por dinero, a veces por cien míseros euros... y resulta que cuando nos lo hacen a gran escala y nos ROBAN el 80% del sueldo mediante la especulación, agachamos las orejas y ponemos el culo. Eso, señores, es de ser GILIPOLLAS.
La cosa empeoró con el tiempo. Se desató la crisis y recuerdo que en ese momento pensé que era algo bueno, ya que pasaríamos un par de años chungos pero el precio de la vivienda volveria a sus cabales y se implementarían medidas para evitar que volviera a pasar. Por supuesto, como la historia demuestra, eso no fué así.
Desde que se desató la crisis en 2008 en España han pasado cuatro años y aun no vislumbramos el fondo. La tasa de paro pasó de menos del 10% al 24% y gobierno tras gobierno, han aprovechado la EXCUSA de la crisis para acabar con todos los derechos que nuestros abuelos o padres (dependiendo de la edad del lector) lucharon por conseguir, demasiado a menudo pagándolo con sangre y lágrimas.
Sin embargo, hubo un momento en que me sentí esperanzado. Fue cuando surgió el movimiento 15M, me di cuenta de que no estaba solo y había más gente cabreada e indignada en este pais. Durante esos meses me sentí feliz e integrado en la sociedad de nuevo, pensando que al fin la gente se había hartado y lucharía por recuperar de nuevo los derechos que nos correspondían.
De eso hace ya dos años y sigue habiendo gente luchando, aunque por desgracia, hemos descubierto que lo que llamábamos democracia no tiene pintas de serlo y que las manifestaciones pacíficas no están funcionando como lo harían en una sociedad democrática. Pero también me he dado cuenta de que ha salido toda la gente que estaba dispuesta a salir y a dar la cara y que no hay nadie más.
Y la pregunta que yo me hago es ¿Esto es todo?¿Esta es toda la indignación que hay por habernos arruinado la vida a 45 millones de personas?
Sin embargo, cuando ha habido un mundial de fútbol, los bares se han abarrotado y no se veía ni un alma en la calle hasta que al final del partido hemos salido todos como borregos a enorgulleceros de ser españoles y vivir en condiciones tercermundistas. Hemos llenado los balcones de banderitas españolas y hemos vitoreado como héroes a unos tíos que se han llevado las ganancias de tan "heroica" hazaña a Europa del este porque allí casi no pagan impuestos.
Vivimos en un país en el que desahucian a nuestros vecinos por no tener recursos y los miramos mal por no pagar a un banco que les estafó legalmente. En este país admiramos a futbolistas, toreros y a quien ha pegado el braguetazo con algún rico. Admiramos la cultura, no del mínimo esfuerzo, sino del mínimo esfuerzo a cualquier precio y sobre quien sea, de tal manera que convertimos en ídolos a ladrones de guante blanco, políticos corruptos, empresarios explotadores y mafiosos.
Vivimos en un país en el que es "guay" ser imbécil. Las personas que más éxito han tenido en este país han tenido fama por su mediocridad, por su vulgaridad y por su falta de inteligencia y si no me creéis poned telecinco y mirad a Belen Esteban.
Vivimos en un país en el que el bipartidismo funciona y los votantes borregos se pasan cada cuatro años alternando entre el PP y el PSOE. Da igual cuanto jodan el país y que la corrupción sea endémica en estos dos partidos, la gente los seguirá votando en vez de buscar una alternativa que no nos hunda. La gente no es consciente de que no es que el PP o el PSOE no puedan solucionar el problema, ELLOS son el problema.
Por último, vivimos en un país donde cuando alguien se salta la norma, cuando alguien roba en un supermercado para dárselo a los pobres o cuando el que roba en un banco mediante estafa y usa ese dinero para concienciar a la gente mediante una publicación, es censurado y condenado por los mismos que se benefician de estos actos. Vivimos en un país donde vemos bien que los supermercado impidan a los pobres buscar comida en su basura y donde se multa con 2000 euros a un padre y su hijo por coger piñas del suelo de un parque para calentarse en invierno.
Si el español medio es así, yo reniego de ser considerado español. Yo pertenezco a la minoría que se preocupa y piensa, la que se enorgullece de ser inteligente y no de follarse un torero. Me siento condenado por la idiocia ajena, a vivir en un país de pandereta que es el ridículo del resto del mundo.
Somos el hazmerreir del resto de países, en los que somo famosos por pasar de nuestros problemas y de ser las PUTAS de los políticos y banqueros corruptos. También hay que ver los periódicos extranjeros, hasta los más capitalistas nos dicen que nos hemos pasado cuatro pueblos, pero aquí nadie mueve un dedo.
Al final, reconozco que como país tenemos lo que nos merecemos. Hemos pasado de todo y ahora nos come la mierda y la corrupción. Solo lamento que a los pocos que si nos preocupamos nos pille en medio.
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Tu entrada me toca los huevos porque...