Ser inteligente... ¿Don o maldición?

De toda la vida me he considerado una persona curiosa. Recuerdo que todo empezó cuando mi madre, la cual es una mujer sencilla y trabajadora, me compró un libro con cuatro años que se llamaba "Mi primera enciclopedia" debido a que yo no paraba de preguntar y ella no siempre sabía contestar a mis preguntas. Durante los siguientes años, viví pegado a mi preciado libro, leyendo y aprendiendo a la vez que veía las didácticas imágenes.

Ese libro implantó en mi la curiosidad por el funcionamiento del mundo que me rodeaba y por la ciencia en general. Recuerdo como miraba con ilusión series como "Érase una vez la vida" en las cuales aprendía cosas sobre el cuerpo humano. Estos hechos, unido a la afición que me implantó mi madre por las manualidades y el dibujo, promovieron que me convirtiera en autodidacta y que investigara y descubriera por mi mismo cuanto necesitaba saber.

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A pesar de todo, no me considero un cerebrito, solo un apasionado del conocimiento. De hecho, mis notas en clase eran francamente malas, excepto en arte y tecnología. Me saqué el graduado escolar por los pelos y no continué mis estudios.

¿Como puede ser que a pesar de ser un apasionado del conocimiento, a dia de hoy sea un mindundi sin estudios?

Eso se explica fácil cuando toda tu atención está en el pánico que te da la hora de salir de clase porque medio colegio se dedica a hacerte la vida imposible insultándote y pegándote. Eso que hoy en día llaman "Bullying" y que es está muy mal visto y perseguido en este mundo tan civilizado, y que por aquel entonces eran "cosas de crios" aunque te arruinaran la infancia.

A pesar de que siempre pensé que esta cruz me había tocado llevarla por casualidad, con el tiempo me di cuenta que no era así.

Yo dedicaba mis horas de recreo a dibujar, la cual era mi afición favorita, o a leer sobre curiosidades del universo, los dinosaurios, o a saber que otras cosas. Eso, en un mundo donde toda tu vida es ir detrás de una pelota coreando tu equipo de futbol, te convierte en un bicho raro. Al no formar parte de la "tribu", por así llamarla, dejé de ser un ser humano para la mayoría y nadie sentía empatía por mi en el colegio.

Cuando acabé la EGB no quería volver a oir hablar de colegios, institutos o similares con tal de no seguir pasando por aquel suplício. Aun así, salir a la calle me suponía también una buena dosis de paranoia. Era raro el día que no recibia algún insulto gratuito y caminaba mirando siempre a lo lejos para detectar un posible peligro y cambiar de acera o meterme por un callejón. Luego, con 18 años, tuve la oportunidad de largarme una temporada de aquí y pude solucionar muchos lios mentales desde la perspectiva que te da la distancia.

 Hoy en día, sin embargo, tengo problemas a menudo en mis relaciones con la gente por esa afición mia por saber.

Antes que nada, juro y perjuro que cada vez que hablo de algo, lo hago desde la humildad y mi ánimo de compartir las cosas que descubro en la vida y que mi forma de entender una conversación consiste en compartir diferentes puntos de vista para ampliar la visión conjunta de un asunto en cuestión. Para mi no existe gente mas lista que otra, símplemente, cada uno sabe de lo suyo. De la misma forma que mucha gente no sabe ni lo que es la mecánica cuantica, yo no tengo ni idea de futbol ni soy experto en ligues o en relaciones sociales.

Sin embargo, no es rara la ocasión en que le caigo mal a alguien que acabo de conocer o que incluso conociéndome desde hace un tiempo, se siente ofendido/a porque interpretan que "voy de listo". El hecho de que me disculpe si ha sido esa la impresión que he dado y que no es mi intención menospreciar a nadie sol hace que magnificar esa opinión, como si encima de listo fuera de "educado".

La mayoría de los conflictos se suelen dar porque cada uno defiende sus argumentos y mientras yo, normalmente, suelo tener la capacidad de rebatirlos con mis argumentos, a la otra persona no le suele suceder los mismo, por lo que se encuentra de frente con que su punto de vista no es válido y no es capaz de aceptar la respuesta que le doy o buscar otra alternativa. También tengo muchas ocasiones en las que yo no tenía la razón al 100% y el argumento del otro tiene puntos bastante válidos y sale una teoría nueva más razonable y convincente que las dos anteriores, de forma que le puedo dar la razón parcialmente, pero aunque la aceptación en este caso es algo mejor, sigue habiendo un gran número de confrontaciones.

Es curioso que exponer los conocimientos se considere repelente a pesar de hacerse de forma sutil, mientras que mostrar la belleza exterior no es un tabú.

Contínuamente vemos gente presumiendo de su físico y lo aceptamos socialmente. La ropa ajustada e insinuante y marcar curvas está bien visto y atrae a la gente. La gente hace de todo para que la vean bella, llegando incluso a usar "trampas" como rellenos o cirugía estética, con tal de estar a la altura.

Al margen de que vea o no sano el que la gente en ocasiones no sea capaz de aceptarse a si misma como es, no tiene nada de malo el jugar las cartas que se tiene. Si eres atractivo/a es una virtud y seria de tontos n aprovecharlo. De la misma manera, ser fuerte es una virtud y nadie ve con malos ojos a los que exponen su fuerza y son admirados, como tampoco nadie se queja de los que ostentan de sus propiedades y de riquezas a pesar de que en este caso, poco tiene que ver con la persona en sí.

Y sin embargo ser una persona cultivada sigue siendo algo que hay que llevar con pinzas. Hablar correctamente y escribir sin faltas de ortografía se considera incluso amanerado por algunos, y en vez de causar atracción hacia ellos les causa repulsión.

Curiosamente, la belleza no se pega, así como no lo hace el dinero ni otras virtudes que son socialmente bien vistas. Sin embargo, la cultura es contagiosa y se transmite, enriqueciendo a quien se expone a ella.

 
Veo el mundo que me rodea y observo como la gente inteligente es desplazada y ninguneada.

Curiosamente, nadie les resta valor y muchos consideran que es importante que exista gente así. Sin embargo, los grandes científicos no salen por la televisión y casi nadie los conoce. Los grandes científicos no son aclamados ni se les da poder para resolver problemas que incluso llevan años estudiando y de los cuales son expertos. Los grandes científicos, incluso se tienen que largar de este país porque no hay trabajo para ellos y no se les paga como se debe.

Toda la gente famosa y reconocida está formada por actores, cantantes, deportistas y gente que en muchas ocasiones no es nada de esto y se han vuelto famosa por verse envuelta en polémicas. Casualmente, la fama de esta gente se magnifica conforme menos inteligencia demuestra y cuanto más inestable es su comportamiento.

Así pues, todo tipo de follones legales, sea por conducir borracho o ponerse hasta el culo de coca, son vistos como algo "guay" por la gente cuando sale por la televisión. Alardean de hacer daño a sus parejas con lios amorosos  y de destrozar sus vidas en directo y la gente lo aplaude como modelo a seguir. Muchos/as son conocidos exclusívamente por pegar el braguetazo del siglo con alguien famoso y son a los que más admiramos por haber conseguido su fama y riqueza con el mínimo esfuerzo, aun a costa del sufrimiento de terceras personas o de traicionar la confianza de alguien.

Alabamos aberraciones como si fueran virtudes. Enaltecemos el egoismo extremo a costa de los demás, la ignorancia que ha sido compensada con la falta de escrúpulos y honor y nos volvemos incondicionales del todo vale, siendo incluso en ocasiones, víctimas de los fraudes que cometen.

Ponemos a futbolistas que ganan millones que luego defraudan al fisco por delante de investigadores que han desarrollado curas contra algunos cánceres y defendemos a "artistas" implicados en tramas de corrupción por delante de los jueces que "rozan" la legalidad con tal de descubrir la verdad.

Ser imbecil está de moda y no valoramos los argumentos tras las palabras sino solo el volumen de estas. Símplemente, tiene razón el que más grita, por surrealista que sea lo que esté diciendo.

Quizás el problema es que todo el mundo está a la defensiva. Cualquier opinión diferente la vemos como un ataque intencionado que busca restarnos credibilidad.

En esas condiciones, no es de extrañar que las conversaciones sean tan complicadas como si ambos interlocutores hablaran distintos idiomas. No es fácil llegar a un acuerdo cuando uno busca la verdad y el otro únicamente imponer la suya.

Sin embargo, son los que más pierden en el proceso. Que a uno le den la razón no quiere decir que la tenga, por lo que vivirá creyendo verdad algo que puede ser falso. Esto no es problema mientras hablemos de hipótesis o de teorías pero cuando trasladas a la práctica en el mundo real una idea erronea, la física pura y dura que gobierna el mundo te va a enfrentar con la realidad y vas a salir perdiendo. La teoría es una simulación acertada o erronea de la realidad, es cuando la comparas con la realidad cuando la verdad sale a la luz.

Llegados a este punto, lo único que puedo hacer es defenderme, como siempre he hecho, con mis argumentos. Yo soy así y nadie, absolútamente nadie, me ha dado ningún argumento lo suficientemente válido para cambiar.

No voy a aparentar ser menos inteligente porque ofenda el extremado ego de algunos. Yo voy a seguir buscando la verdad y juzgaré mis propios argumentos con el mismo criterio que juzgo el de los demás. No voy a dejar de ver documentales, de apasionarme por la ciencia, la filosofía, la política o el tema que me apetezca dominar. No voy a dejar de hacer experimentos "frikis" ni voy a dejar de plantearme la naturaleza del universo ni el sentido de las cosas.

Ser una persona culta me ha permitido ayudar a gente que no hubiera podido ayudar cuando lo necesitaba. He podido aconsejar a quien ha querido escucharme y mis consejos les han beneficiado, ayudando a muchas personas, cada una en algún pequeño aspecto. Todo eso es mucho más de lo que pueden decir quienes buscan halagos y no verdades.

Respondiendo a la pregunta del título, ser inteligente es un don y una maldición al mismo tiempo. Te expones a que la gente no te comprenda y a que te excluyan, pero también te permite dar, y mucho, a los que te rodean.

Un saludo.